3 de junio de 2009

EL PATIO DE MI CASA

Hoy me he dado un paseito por mi desván.
Al subir, me encontré con la vecina del séptimo izquierda, (ama de casa, ocho hijos y su marido trabajador en una carpintería). Su nombre no me vino de inmediato a la cabeza, me dio rabia pues me gusta recordar el nombre de la gente con la que hablo. La canción La violetera ocupo su lugar en mi memoria. Después de preguntarme si iba a jugar al parque y cuatro cosas mas, nos despedimos. Ella se iba con su cesto de la compra, pero yo la vi alejarse con su flor en el pelo y su ramito de violetas en la mano.
Mientras caminaba hacia el portal de mi amiga Maribel, con la cual iría a inventar nuevas aventuras, me cruce con Carmen de España con su traje de faralaes y sus castañuelas. Esta era la vecina del quinto derecha, (ama de casa, cinco hijos, y su marido empleado de sindicatos).
Había pocas mujeres en aquel edificio que no cantasen. El patio de luces (que era abierto), era su gran escenario y ellas formaban parte de la compañía que todos los dias actuaba. Aquella compañía aunque modesta, sufría los ajetreos normales del estreno, había nervios, había angustia, había lo justo para estrenar, pero sobre todas la cosas, había ganas de cantar.