27 de mayo de 2010

ESOS DIAS EN LOS QUE ESCUCHO A LUIS EDUARDO AUTE

De cuando en cuando, me vienen a la mente las letras del cantautor Luis Eduardo Aute, para mi autentico genio de la palabra.
Cuando me siento como en estos días que me revelo contra el mundo, que me hace sentir mal que me bajen el sueldo aunque pueda llegar a entenderlo, cuando me parece mal que mientras a mi me hagan esto o a mi madre le congelen la pensión, algunos políticos españoles paguen a un traductor porque a uno de ellos no le da la gana de usar el castellano y prefiere expresarse en catalán, cuando me parece mal que los sindicatos de este país que han estado callados mientras el numero de parados no dejaba de aumentar día a día, ahora sin asamblea previa, me lleven a una huelga, cuando me parece mal que la oposición de un país sea incapaz de arrimar el hombro y lo único que haga sea criticar, cuando me parece mal la falta de pudor de algunos políticos, cuando me parece mal que¡MILLONES DE PERSONAS SE MUERAN DE HAMBRE!. ¡MILLONES DE NIÑOS SEAN EXCLAVOS! Pongo sus canciones .

ALELUYA
Una lágrima en la mano,
un suspiro muy cercano,
una historia que termina,
una piel que no respira,
una nube desgarrada,
una sangre derramada,
Aleluya.
Quince gritos que suplican,
una tierra que palpita,
la sonrisa de un recuerdo,
la mentira de un te quiero,
una niña que pregunta,
unos cuerpos que se juntan,
Aleluya.
Mil silencios de un olvido,
un amor que se ha perdido,
tres guirnaldas en el pelo,
el aliento de unos besos,
el perdón de los pecados,
unos pies que están clavados,
Aleluya.
La razón de la locura,
una luz de luna oscura,
unos ojos en la noche,
una voz que no se oye,
una llama que se apaga,
una vida que se acaba,
Aleluya.
Estas son las cosas que me hacen olvidar,
este mundo absurdo que no sabe a dónde va.
Aleluya, aleluya.
Una madre que amamanta,
tengo seca la garganta,
el color de un tiempo abierto,
un mañana siempre incierto,
el sudor en una frente,
el dolor de una gente,
Aleluya.
Una llaga que se cierra,
una herida que se entierra,
unos labios temblorosos,
unos brazos calurosos,
dos palabras en la arena,
una ola se las lleva,
Aleluya.
Un reloj con treinta horas,
el cartel de no funciona,
una piedra en el vacío,
otra piedra en el sentido,
una lluvia en el alma,
un incendio en las entrañas,
Aleluya.
Unos pasos sin destino,
por cuarenta mil caminos,
un acorde disonante,
nueve infiernos sin el dante,
unas flores en mi tumba,
siempre, nunca, nunca, nunca,
Aleluya.
Estas son las cosas que me hacen olvidar,
este mundo absurdo que no sabe a dónde va.
Aleluya, aleluya.
¡VER EL VIDEO!
Cuando esto me pasa no se porque también tengo ganas de pintar, en esta ocasión con acuarelas que no lo había hecho nunca, he de decir que me ha gustado la experiencia, y me ha gustado fundamentalmente porque le he perdido el miedo que le tenía a esa técnica.