27 de julio de 2009

HISTORIA DE UNA CASA DE MADERA -SEGUNDA PARTE-


Como lo que nos sobraba era ilusión y ganas de instalarnos en el terreno, pensamos que lo mejor era comprarla y luego ya veríamos.
El traslado de la caseta fue difícil, pues aunque la veáis con ruedas, el ancho de la casa no permitía que fuese remolcada por la carretera. ¡Primer problema!.
Gracias a la amabilidad de unos vecinos de la zona, y después de contratar un transporte especial la pudimos meter en el terreno.
La que salgo ahí medio tirada soy yo, cansada pero contenta. Por fin empezábamos nuestro proyecto, aunque he de decir que no todo fue tan feliz como lo habíamos imaginado. La caseta estaba en peores condiciones de lo que esperábamos. Cuando la fuimos a comprar, yo no se si por la ilusión o las ganas, o vaya usted a saber por que no la vimos tan mal. Pero una vez allí no había marcha atrás, nos olvidamos de eso, y pensamos ¡tendremos que currar un poco mas!.
La caseta tenía 16 m2. Y por dentro venia distribuida como una roulot, con su cocina, su cuarto de baño completo, mesa y bancos convertibles en cama, dos literas y una mini buhardilla, que hizo las delicias de mi hija y de las peques del lugar.
(Las fotos son muy malas, pero estamos hablando del año 2000 y así era mi primera cámara digital).
La verdad es que ese verano trabajamos lo que no esta escrito, pero también lo pasamos muy bien.

No hay comentarios: